domingo, 19 de abril de 2009

REDACCION

Otra vez siento la gran velocidad que el pensar a decidido llevar por falta de estimulación. Me exige que acelere mi cuerpo y el no responde. El cae lento y hace que todo lo demás sea demasiado lento. Tanta velocidad me extraña, pero lo único que anda tan rápido como la idea son los borradores que puedo usar frente a los diccionarios que no me sacio de inventar. Cadenas y cadenas que no atan nada, que se sostienen por espacios infinitos de vació entrecomillado, puntuado y desafinado por carencia de acento. Tanto mas y tanto mas es mi suerte de corredor a medida que doy rienda suelta a retumbante alfabeto. Que delirante puede ser cada estado de infinitos puntos que igual nunca se abrazan. No es un caminar, pero lo quiere ser si lo pienso en curva. Podría parecerse más a brincar la cuerda a fin de perder en el juego de seguir la canción que cambia de tiempos y erra en sus conjugaciones. Pero se encamina más a caer cuanto más tropiezo, otro tropiezo de ortografía insospechada y mal digitado. Punto.
GALTó

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